Los días soleados y con temperaturas altas ya han llegado y todo el mundo está pensando en el primer baño del año y en broncear la piel para vernos mejor. A pesar de que está comprobado que tomar el sol mejora el ánimo de las personas, la exposición en ciertos horarios y sin protección, produce desde fotoenvejecimiento cutáneo (arrugas, manchas solares, flacidez cutánea y deshidratación de la piel), quemaduras graves e incluso, melanoma debido a que el daño producido es irreversible y acumulativo. Por eso, esto que nos hace disfrutar puede resultar también perjudicial si no se toman una serie de medidas preventivas para nuestra piel. Para conseguir un bronceado uniforme y saludable, lo ideal es mantener la piel en perfectas condiciones durante todo el año mediante peelings periódicos y una correcta hidratación e intensificar estos cuidados unas semanas antes de la exposición solar. Es decir, debemos "preparar la piel " y con esto queremos decir que hay que hidratarla de forma correcta, limpiarla de maquillaje y exponerla al sol de forma progresiva, en sesiones cortas durante los primeros días. Se debe evitar el uso de productos que contengan alcohol y perfumes (colonias, desodorantes) y aplicar el fotoprotector indicado treinta minutos antes de la exposición solar, sobre la piel bien seca. Además, existen una serie de alimentos como la zanahoria y el tomate, ricos en carotenos, que facilitan la producción de melanina. Los alimentos ricos en vitaminas B y E, como el pescado y las legumbres, evitan la deshidratación y la descamación y prolongan el bronceado. Uno de los tratamientos que ayudarán a preparar la piel para su exposición solar es la bioestimulación. Es un tratamiento ideal antes del verano porque reduce la respuesta inflamatoria nociva de los rayos ultravioletas sobre la piel. Mediante diodos emisores de luz visible de diferentes colores, la bioestimulación lumínica estimula las funciones energéticas de las células y ello produce un aumento en la creación de colágeno y elastina. Los resultados son un fortalecimiento de las defensas frente a la radiación UV. Otro tratamiento interesante es la revitalización cutánea. Consiste en realizar infiltraciones de ácido hialurónico seguidas de una peeling químico con el propósito de afianzar los resultados obtenidos y prolongarlos en el tiempo. El ácido hialurónico destaca por sus propiedades hidratantes, de anti flacidez y por su capacidad para bloquear el proceso de oxidación de los tejidos. Así pues, estimula la piel para el siguiente paso del tratamiento. Tras las infiltraciones intradérmicas, se realiza una exfoliación química. Se trata de una novedad puesto que normalmente el peeling se realiza como paso previo para preparar la piel. Con ello se ha querido aprovechar al máximo la capacidad que tiene la exfoliación para renovar la epidermis. Además, este post-peeling mejora notablemente la capacidad de la piel para absorber los principios activos presentes en la mascarilla que incluye la sesión de revitalización. Tras la mascarilla, se aplica en la zona tratada un sérum formulado con vitamina C activa. La sesión no se prolonga más allá de media hora y apenas resulta molesta, por lo que este tratamiento de revitalización cutánea resulta una opción ideal para lograr el rejuvenecimiento efectivo y duradero de rostro, cuello y escote y tener la piel lista para su exposición al sol. Además de estos tratamientos, para que el tomar sol no se convierta en una acción perjudicial hay que seguir una serie de normas preventivas:
Evitar la exposición solar en las horas centrales del día (12h a16h)
Utilizar un factor de protección adecuado al tipo de piel y a las condiciones de exposición solar, y aplicarlo de forma correcta
No usar el protector solar adecuado para aumentar el tiempo de exposición al sol
Tener en cuenta que el sol se refleja en superficies como el agua.
Con estos consejos conseguiremos un bronceado perfecto y una piel sana y libre de quemaduras.