H&H Medicina Estética alerta sobre los centros que carecen de formación estética adecuada y defiende la profesionalidad de los especialistas cualificados
El importante avance tecnológico y la gran demanda de tratamientos estéticos ha llevado a los centros dedicados a la belleza y a la a equiparse con sofisticada aparatología que cubra las necesidades más diversas. El paciente acude al centro de belleza en ocasiones para tratar imperfecciones faciales y corporales que van más allá de la belleza y que son reflejo de un problema de salud. Es el caso de la celulitis en la mujer, en la que pueden coexistir alteraciones circulatorias, hormonales o linfáticas. Asombra con qué facilidad se diagnostican y tratan estas patologías en centros de belleza en los que en absoluto se ha tenido en cuenta la opinión y plan terapéutico del profesional de la salud, que es a quien verdaderamente corresponde su estudio y tratamiento; entre otras cosas, porque en la mayoría de las ocasiones existen causas endógenas, a veces verdaderos problemas de salud, que no deben tratarse sin rigor.
Timo a bajo precio.
El uso de cavitación para tratar el tejido graso, extendidos a peluquerías y salones de belleza no deja de sorprendernos; se realizan sin estudio analítico, ni otros datos de historia médica que puedan contraindicarlo, sin los drenajes linfáticos necesarios, vendiéndolo como liposucción sin cirugía... Un verdadero engaño y riesgo para quien se somete a ellos. Este es quizás el más representativo ejemplo en la actualidad de esta banalización de los tratamientos y sus posibles efectos a posteriori. No olvidemos que la primera premisa en Medicina es "non nocere" (no dañar), y nos asusta que la venta incontrolada de máquinas potentes en manos no sanitarias pueda saltarse este principio básico por simple desconocimiento de lo que se puede producir por su uso incorrecto. Consideramos imprescindible la regulación de la práctica de tratamientos dirigidos a tratar patologías por personal no sanitario. En nuestras consultas médicas es muy importante la función de la esteticista para el desarrollo de los tratamientos, y por tanto su formación y supervisión deberá ser guiada por el profesional sanitario cualificado para ello.