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  • Dra. Cristina De las Heras De Gracia

Lifting no quirúrgico con hilos subcutáneos


El desarrollo de materiales poliméricos porosos, reabsorbibles y biocompatibles ha tenido un creciente interés en los últimos años en el sector de la estética y de la belleza debido a la necesidad de contar con biomateriales que actúen como matriz extracelular artificial.


“Los hilos de sustentación facial son una excelente alternativa a la cirugía para corregir la flacidez cuando ésta es leve o moderada”

Desde hace algún tiempo, se encontró que las matrices poliméricas podían estimular la regeneración de los tejidos con tamaños y formas definidas. Este hallazgo llevó por ejemplo, al desarrollo de injertos vasculares obtenidos a partir de células endoteliales, cartílago a partir de condrocitos y ácido poliláctico, tubos intestinales de enterocitos y ácido poliglicólico, etc.


Las características necesarias para que un material pueda ser utilizado como matriz son su biocompatibilidad, biodegradación, bioabsorción y un grado de porosidad tal, que después de ser implantado, se reabsorba en un tiempo determinado y, a su vez, permita la absorción de proteínas plasmáticas y la unión con las células.


Se define como polímero biodegradable aquel que se puede convertir completamente en gas carbónico y agua bajo ciertas condiciones en un período de tiempo no mayor a treinta días (como se indica en la norma ASTH D-5488-94, la cual varía según los diferentes países). Los polímeros biodegradables pueden ser de origen natural, como por ejemplo los polisacáridos (celulosa, almidón, quitina, etc.), o sintéticos (ácido poliláctico PLA, ácido poliglicólico, policaprolactona, polidioxanona, alcohol polivinílico, etc)


REVITALIZACIÓN Y TENSADO CUTÁNEO


Actualmente se emplean hilos de polidioxanona o mini hilos para la revitalización cutánea y el tensado dérmico facial y corporal. La técnica vectorial practicada desde hace unos años es utilizada y simplificada mediante finas agujas que contienen suturas fabricadas con estos tipos de materiales poliméricos.


Los hilos son unos finos filamentos de polidioxanona o PDO que se colocan en la piel, conducidos por agujas, construyendo una red de vectores cuya finalidad es tensar los tejidos blandos. Provocan un efecto lifting inmediato, a la vez que favorecen la producción natural de colágeno por migración de los fibroblastos.


La polidioxanona favorece la cohesión de las células y acelera la microcirculación en el área tratada, hecho que provoca una mayor oxigenación de la zona, lo que aporta más luminosidad a la piel.

La implantación a la profundidad adecuada y en los puntos precisos ocasiona un efecto tensor inmediato en el cuello y el tercio inferior de la cara, donde los tejidos de soporte son más débiles.


Además de las propiedades químicas como elemento fundamental en la producción de colágeno y otros efectos biológicos, encontramos las propiedades mecánicas de los hilos y la participación en dicho efecto de las estructuras fibrosas entre la piel y otras más profundas. Esto es el sistema músculo-aponeurótico superficial (SMAS) y los ligamentos faciales de retención.


EL SISTEMA MÚSCULO-APONEURÓTICO SUPERFICIAL


El SMAS es una capa fibromuscular continua que cubre e interconecta los músculos de la expresión facial. Divide la grasa subcutánea en dos capas y contiene septos fibrosos que se extienden a través de ésta y se unen a la dermis, actuando como una red que distribuye las contradicciones musculares a la piel.

La incorporación del SMAS en las técnicas actuales de rejuvenecimiento facial ha conducido a efectos más duraderos y soluciones más estéticas de los problemas del envejecimiento facial.


LOS LIGAMENTOS DE RETENCIÓN


Estas franjas de tejido conjuntivo fibroso intercaladas entre los tejidos blandos de la cara y el cuello, anclan los tejidos superficiales a otros subyacentes más firmes. Contribuyen a mantener los tejidos blandos en su posición anatómica, resistiendo los cambios gravitacionales. Una pérdida de soporte de los ligamentos cigomáticos permitirá un descenso de la almohadilla grasa malar, aumentando la marcación de los surcos nasogenianos, mientras que una pérdida de soporte del ligamento masetérico permite el descenso de la grasa facial a los bordes mandibulares, aumentando el jawling (pliegues bucales en forma de marioneta)


Dicho esto, se entiende que el conocimiento anatómico del SMAS y los ligamentos de retención son herramientas clave en el tratamiento facial con hilos subcutáneos para la sustentación y la reposición de los tejidos faciales.


VARIANTES DE HILOS TENSORES


Existen distintas variantes de hilos tensores: monofilamentos, multifilamentos, lisos, espiculados o barbados, tornados, etc. Esta variedad ofrece un interesante abanico de posibilidades en función de las características de cada individuo, las distintas zonas a tratar y el grado de flacidez de cada persona.

La longitud, el calibre y los puntos de fijación de los hilos son determinantes a la hora de obtener el resultado esperado.


Igualmente, los diferentes trazados que pueden realizarse con los hilos garantizan la personalización del procedimiento.


¿CÓMO SE APLICAN?


Los hilos tensores se aplican mediante técnica ambulatoria, sin hospitalización, de manera rápida y segura, permitiendo al paciente incorporarse a su actividad cotidiana inmediatamente después.


Los resultados son progresivos y comienzan a observarse desde el momento de su aplicación, aunque el efecto biológico se inicia a las dos semanas y se completa a los dos meses aproximadamente. Si es necesario, se puede repetir el procedimiento implantando nuevos hilos hasta conseguir el efecto deseado.


REPOSICIONAMIENTO DEL TEJIDO DESCOLGADO


“La longitud, el calibre y los puntos de fijación de los hilos son claves a la hora de obtener el resultado esperado.”

Cuando la flacidez compromete no sólo a la piel, sino también a la grasa facial que desciende, nos valemos de los hilos con espículas o conos. Los compartimentos grasos de las regiones maxilar y zigomático-malar son las principales regiones anatómicas implicadas en el envejecimiento del tercio medio de la cara. El aspecto de la región maxilar cambia con la edad y la región orbitaria disminuye hasta hacerse cóncava. Actualmente contamos con hilos fabricados con ácido poliláctico, ácido poliglicólico y policaprolactona.


Los hilos con espículas están diseñados para la suspensión y la elevación de los tejidos blandos faciales. Dichas espículas son muescas talladas en el hilo, con un diseño especial en cuanto a su longitud, densidad y ángulo, creados para conseguir un efecto lifting y revitalizante. El hilo insertado en subdermis se ancla en un punto de tensión elegido antes de iniciar el tratamiento. Las espículas actúan sobre la piel produciendo la fibrosis necesaria para proporcionar un nuevo andamiaje para el tejido blando facial, que lo elevan y fijan en su lugar.


La implantación de hilos espiculados de caprolactona o poliláctico, eleva la piel y la grasa faciales descendidas. Su composición química y su estructura, con sus características espículas provocan no sólo un efecto de tracción sino también una bioestimulación en los tejidos de alrededor. La reacción inflamatoria provocada aumenta la síntesis de colágeno y elastina así como la formación de nuevos vasos sanguíneos, prolongando su efecto tensor. Este es el motivo por el que los efectos se valoran a los 4-6 meses después de haber realizado el tratamiento, que es cuando el efecto de bioestimulación es completado.


PRINCIPALES TÉCNICAS


Diferenciamos dos grandes técnicas: la free floating y las suturas con doble aguja.


La técnica free floating consiste en la colocación de un hilo espiculado a través de una aguja espinal en el tejido subcutáneo bajo anestesia local. Estas suturas tienen espículas bidireccionales convergentes que se abren dentro del tejido permitiendo un efecto lifting inmediato. Sus indicaciones son la flacidez leve y moderada por descenso de grasa malar en mejillas y arco mandibular, y la ptosis cutánea del cuello.


Por otro lado, las suturas con doble aguja utilizan un punto de entrada y dos de salida, permitiéndonos crear ángulos estratégicamente dibujados para optimizar el efecto lifting y el soporte de los tejidos descolgados.


Ambas técnicas requieren un exhaustivo conocimiento anatómico y deben realizarse en condiciones de asepsia. Aunque estos hilos se reabsorben en los siguientes 12 – 18 meses, su habilidad de formar colágeno alrededor de los mismos les otorga la capacidad de que sus efectos perduren entre 2 y 3 años.


RESULTADOS

  • Elevación del pómulo descendido por reposicionamiento de la grasa malar.

  • Mejoría de las arrugas estáticas verticales por tensado horizontal de las mismas sin necesidad de rellenar.

  • Mejoría del óvalo facial con disminución de los pliegues de las comisuras de la boca.

  • Tensado cutáneo en el cuello.

  • Revitalización dérmica por aumento de la síntesis de elastina y colágeno.


RECOMENDACIONES POSTERIORES


Para asegurar el perfecto tensado de la piel, se necesita un cierto reposo mímico durante los primeros días y evitar la manipulación manual del área tratada durante 2 ó 3 semanas. Las posibles molestias posteriores consisten en una inflamación transitoria y hematoma sin trascendencia clínica que se resuelve en pocos días. Por otro lado, no existe inconveniente en continuar los tratamientos cosméticos habituales.


Como vemos, los hilos de sustentación facial son una excelente alternativa a la cirugía para corregir la flacidez cuando ésta es leve o moderada, siendo compatible con otros tratamientos médicos que frenan o corrigen el envejecimiento cutáneo.


Dra. Cristina de las Heras de Gracia

Dirección médica H&H Medicina Estética

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